Dicho yucateco para cuando alguien vuelve a caer en lo mismo, sobre todo en un vicio o mal hábito que juró haber dejado. Es como decir que se te fue la fuerza de voluntad y regresaste al camino torcido. Se usa mucho en plan de broma, con ese sabor local de guayabera y antojo.
"Juanito juró que ya no iba a cenar pesado, pero anoche recayó de la guayabera y se echó dos panuchos, una marquesita y todavía pidió su coquita."