En Mérida se le dice milagroso a la persona que siempre llega tarde, la riega seguido o se esconde del trabajo, pero nunca la corren ni le cae un regaño serio. Es como si tuviera un santo muy chambeador cuidándole la espalda. La banda lo usa medio en burla, medio con envidia, porque al final el vato siempre se salva.
"No manches, el Chucho es bien milagroso, llega todo campechaneado a las nueve, se va temprano por el calorón y aun así el jefe le invita marquesitas en la salida."
En Perú se le dice milagroso a la persona que aparece justo en el momento clave, casi como caída del cielo. A veces es el que llega cuando todo está hecho y se hace el loco con la chamba, y otras es el que cae a salvar la situación. Depende del tono, puede ser cariño o pura tirada de barro, y eso tiene su gracia.
"Mira al Carlos, bien milagroso el pata, desaparece cuando hay que cargar las cajas y aparece fresh cuando ya estamos tomando chelas."