En La Guajira se usa para decirle piropos o tirarle los perros a alguien con toda la actitud, como echando labia fuerte para impresionar. No es un rugido literal, es más bien coqueteo intenso, medio alborotado y a veces hasta fastidioso si te pasas. Si te lo hacen, ya sabes por dónde va la cosa.
"Ese man en el mercado no deja de rugirle a la vendedora, ya le soltó tres piropos y ni ha pagado el plátano."