Se usa en Michoacán para decir que alguien es bien terco, necio de los buenos, de esos que aunque le expliques mil veces no se raja ni tantito. Es como decir que es un cabezadura pero con sabor bien michoacano. A veces desespera, pero también puede ser señal de que la persona es muy aferrada.
"No manches, ese Juan es una retacha, ya le dije que no voy al jaripeo el domingo y el vato sigue duro y dale que me va a pasar por mí"