Se le dice al que llega a una fiesta y parece que trae el WhatsApp humano instalado: conoce a todo el mundo, saluda a medio barrio y te presenta gente como si fuera el anfitrión. Anda sincronizando saludos, chismes y contactos sin parar. No es mala onda, pero a veces cansa de tanto socializar.
"Mirá a Roberto, otra vez anda de sincronocido en la pachanga: ya saludó a todos, se echó el chisme con la barra y hasta se hizo chero del DJ."