Lluvia muy fina y constante, de esa que parece que no moja pero al rato te cala hasta los huesos. Es muy típica del norte y en el País Vasco es casi parte del paisaje. Sirve tanto de excusa para no salir como para fardar de que aquí eso no nos frena ni de coña.
"Con este sirimiri de mierda he ido a por el pan en sudadera y he vuelto chorreando, parezco una croqueta rebozada en agua."