Se usa para decir que alguien está colgadísimo, pensando pavadas imposibles cuando debería estar con los pies en la tierra. Es como decir que está en otra, volando sin motor en plena tarde. Viene de la costumbre formoseña de la siesta, pero acá ni duerme bien ni se concentra, queda a mitad de todo y da un poco de risa.
"¿Querés comprarte un yate vendiendo chipá en la esquina? Vos estás soñando a media siesta, hermano, bajá un cambio que ni para la birra alcanza."