Expresión muy yaracuyana para decir que alguien tiene una suerte brutal o que siempre le caen oportunidades que parecen caídas del cielo. Es como si tuviera agarrado el destino por un guaral y todo le saliera redondo. A veces se dice medio en broma medio con envidia, porque provoca preguntarle dónde compra esa suerte.
"Hermano, ese pana sí tiene el guaral, se lanzó a una rifa toda chimba y salió ganando moto, mercado y hasta viaje pa' la playa"