Se dice con envidia sana o con pullita para hablar de alguien que vive a cuerpo de rey: sin apuros, con gusticos, paseando, comiendo rico y sin matarse trabajando. Vamos, que parece que le pagan por existir. En Mérida suena bien criollo y sirve para echarle broma al pana que siempre anda relajado.
"Mira a Luis, se la pasa en la montaña, cafecito y postres todos los días, y uno aquí fajado. Ese sí tiene vida de marquesito."