En Jujuy, la tortilla jujuyana no es la de papas ni la de harina cualquiera. Es una tortilla casera, bien de campo, que suele ir a la plancha o a la sartén y se come calentita, con mate y charla larga. Es de esas cosas simples que te arreglan el día. Y sí, engancha fuerte.
"Caímos a la casa de la tía en Jujuy y, de una, salió la tortilla jujuyana calentita. Mate va, mate viene, y nosotros mirando el cerro como si nada."