Apodo cariñoso para ese pana que cae a tu casa día sí y día también, se sienta en la sala y te tumba la tarde entera echando cuentos, chismes y anécdotas del barrio. A veces no haces nada productivo, pero igual lo quieres ahí jodiendo la vida. Es muy costeño y, la verdad, tiene bastante encanto.
"Mira, ahí viene el tumbacuartico con sus historias del malecón, ve poniendo el ventilador y sirviendo el tinto que esa charla va pa' largo."