Encendiendo chispas de imaginación
Cuando la inspiración se esconde y todo parece repetido, aparece sigilosamente el Duende de la Creatividad. Este diminuto Magikito, con su melena despeinada hecha de hilos de colores y su chaqueta cosida con retazos de trapos reciclados, tiene una misión brillante: encender chispas de imaginación en medio de lo cotidiano.
Se esconde en estuches de lápices, cajones olvidados, libretas en blanco o rincones del taller donde nadie mira. También suele colarse en oficinas apagadas o en habitaciones donde un niño mira el techo sin saber a qué jugar. Allí, en silencio, comienza su tarea: empuja ideas, mezcla colores y trastoca las reglas con ternura.
Su magia no grita: susurra. A veces se manifiesta en un garabato que cobra sentido, en una frase que de repente suena poética, en una canción que nace tarareando sin querer. Le encanta el caos bonito: manchas en la mesa, tijeras abiertas, montones de papeles y crayones desordenados. Porque ahí, en el desorden, florece lo nuevo.
Cuando alguien se atreve a equivocarse con alegría, a probar algo diferente, a crear sin juzgarse, el Duende de la Creatividad se pone de pie y aplaude con entusiasmo. Y entonces lo sabe: su trabajo está hecho. Ha devuelto la chispa. Ha sembrado una posibilidad.
Ideal para regalar a quienes crean, a quienes sueñan, o a quienes han olvidado que también pueden hacerlo.
Cuidados
Los Magikitos son bastantes resistentes, pero les gusta que los traten con cariño:
- Nada de agua - Límpialos con un trapito seco si se les posa el polvo
- Evita el sol directo - Demasiado sol puede decolorarlos
- Sitio seguro - Ponlos donde no se vayan a caer
Adopta este Magikito
Emisario de Risas Rojas
Este duende rojo y blanco siempre anda repartiendo buenas vibras sin que te des cuenta. Le encanta aparecer cuando estás un poco chof y lanzar travesuras para que sueltes una carcajada. Tiene un corazón enorme y es tan simpático que hasta los caracoles lo saludan mientras deja un rastro brillante de alegría allá donde pasa.
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Puedes conocer a otros de sus amigos o, si te sientes con ganas de trastadas... ¿por qué no adoptas uno?