Se dice de alguien que va a los planes con cero ganas y el mínimo esfuerzo, como si lo hubieran sacado de la cama a rastras. También vale para el que se queda apalancado en casa, tirado en el sofá, en modo manta y serie, y no hay quien lo mueva ni con promesas de cañas.
"Vamos al fútbol y el Pepe viene acochinao, con la sudadera puesta y cara de siesta. Se sienta en el bar, pide una caña y ya está, como si correr fuera delito."