Se usa para hablar de una bebida tan aguada y sin sabor que da hasta coraje. Aplica mucho para el café triste de oficina, pero también para sopas, jugos o cualquier cosa que debería saber rico y termina siendo pura agua con color. Es como una burla al antojo, y la neta sí duele en el alma.
"No manches, este café está bien aguachirle, parece que nada más le enseñaron el frasco del soluble y le echaron pura agua de garrafón."