Se usa para hablar del chisme en modo continuo, o sea, el acto de estar pendiente de la vida ajena y comentarla con cualquiera que se deje. Es como un noticiero de barrio, pero sin verificación y con más sazón. En Falcón se oye para referirse al runrún, la habladera y el bochinche de siempre.
"En la cola del pan arrancó el chismeo duro: que si el vecino se fue, que si volvió con otra, y la señora de la esquina ya tenía la novela completa."