Se usa para señalar al que vive adulando a los jefes o a cualquiera con poder, esperando conseguir favores sin laburar mucho. Es como decirle lamebotas, pero con sabor bien argentino y un poco más picante. Todos conocemos a uno que se arrastra así y da un poquito de vergüenza ajena, la verdad.
"Mirá a Luisito, otra vez haciéndole mandados al jefe como buen chupamedias, después se ofende cuando le dicen que sin acomodito no llega ni a la esquina."