Se dice cuando algo está viejo, pasado de moda o ya no da la talla. Puede ser un objeto, una idea o hasta una costumbre que huele a naftalina. En Los Ríos se usa con ese tono de burla piola, como diciendo: ya fue, cámbialo. No es que esté malo, es que está rancio y punto.
"¿En serio seguís con ese celu? Esa cosa rancia se pega más que chicle en el zapato y ni el WhatsApp te abre, po. Cómprate uno decente ya."