Frase que se suelta cuando el guaro está corriendo a lo loco y uno sabe que esa vaina pega durísimo. Es como decir ojo con el trago, que entra suavecito pero después te deja doblado, sin recuerdos y con una resaca criminal. Y sí, da risa hasta que te toca levantarte al día siguiente.
"Pana, hoy hay parrilla en la casa de Luis, pero cuidado con el guaro, que la última vez amaneciste abrazado a la nevera y jurando que era tu novia."