Se usa cuando estás trabajando a saco, dándolo todo sin descanso y acabas reventado, con la cabeza como un bombo y el cuerpo pidiendo sofá. Es el típico momento en que vives para el curro y apenas ves la luz del sol. Y oye, a veces tiene su punto épico, pero también agota lo suyo.
"Esta semana voy a currar a tope, entre el jefe pesado, los marrones de última hora y las horas extra, solo voy a ver el sofá para saludarlo de lejos."
Expresión usada para describir un día lleno de trabajo, cuando estás sacando adelante el negocio sin parar, prácticamente moviendo montañas y sirviendo copas al mismo tiempo.
"Hoy he tenido que currar a tope en la bodega, entre la vendimia y atender a los turistas no he parado ni para respirar."
Se dice cuando te toca trabajar a saco, sin parar ni para mirar el móvil, como si el día tuviera solo dos horas. Vale para curro de oficina, de obra o para montar un sarao en casa. Es muy de ir con prisa y con presión. Vamos, que acabas reventado y con ojeras de campeonato.
"Este finde toca currar a tope con la calçotada, que si el fuego, que si la salsa y luego vienen los colegas y no perdonan ni una."