Apodo cariñoso para alguien bien travieso, que siempre está maquinando bromas y metiendo chispa en todo. No es maldad pesada, más bien picardía de barrio, de esas que hacen reír hasta al más serio. En Ayacucho se usa para ese pata que nunca está quieto y que, aunque a veces la embarra, igual cae simpático.
"Ese Jhonatan es un diablito, ayer apagó la luz del salón, escondió las llaves del profe y encima salió corriendo diciendo que había sido el fantasma del colegio"