En Moquegua, doblar no es solo girar en la esquina. También se usa en plan broma para decir que has comido a lo bestia y quedas pesadísimo, como si el cuerpo se te fuera a doblar del empacho. Es la típica exageración después de un buen banquete, de esos que te dejan tieso en la silla.
"Causa, entre la pachamanca y el chicharrón ya me doblé, estoy que reviento. Llévenme en carretilla porque ni pararme puedo."
En Campeche, doblar es irse de fiesta con todo, sin miedo al desvelo ni a la cruda. Es salir a pistear, bailar, reírse de todo y terminar medio desparramado, como tortilla en comal. No es solo tomar, es entregarse a la parranda con tanta alegría que al día siguiente apenas recuerdas cómo llegaste a tu casa.
"Dije que solo iba por una chela al malecón y terminamos doblando tan sabroso que amanecimos cantando con los pescadores y usando la hielera de almohada"