Se usa para decir que alguien es muy tierno, simpático y cariñoso, con una dulzura que empalaga como la tarta de cayote bien tucumana. Es un piropo bien de la casa, ideal para gente buena onda que siempre tira buena vibra. Y la verdad, si te comparan con una tarta de cayote, es para sentirse orgulloso.
"Ese chango es dulce como tarta de cayote, cae al asado con sanguchitos de milanga, ayuda a la abuela con las bolsas y encima te presta la moto sin hacer drama."