Se usa en Monagas para hablar de alguien súper dulce, atento y cariñoso, como el postre de lechosa bien meloso que se come en el oriente venezolano. Es para esa persona que siempre trata bien a todo el mundo, cae bien donde llega y da gusto tenerla cerca. Y la verdad, el nombrecito le queda perfecto.
"Vale, esa chama es un dulcito de lechosa, siempre llega con buen ánimo, te trae cafecito y te resuelve la vaina sin poner mala cara."