Se dice cuando alguien se tira una siestica para bajarle dos a la vida y, de paso, olvidarse un rato de las preocupaciones o de un despecho. No es dormir por sueño, es dormir por el alma, como un reinicio emocional. Suena medio dramático, pero funciona, y a veces es lo más sensato del día.
"Chamo, desde que me dejó esa jeva ando vuelto nada. Voy a echarme la pena un ratico y después vemos si salimos a comer algo por ahí."