Expresión extremeña para decir que alguien está muy pasado de rosca, medio chiflado o con un comportamiento raruno que no hay por dónde cogerlo. Se usa tanto en plan cachondeo como para señalar que a esa persona se le ha ido un poco la pinza. Vamos, que muy centrado no está, aunque a veces tenga su gracia.
"Madre mía, Juanito, desde que se compró la moto sin saber ni montar en bici está como una auténtica carrasquilla, diciendo que va a hacer ruta hasta Lisboa sin casco ni ná."