Significa estar de bajón, sentirse hecho polvo o como si te hubiera pasado una estampida por encima, especialmente después de un fiestón.
"Después del rumbón de anoche en El Páramo, estoy de guayabo total; necesito una sopa levantamuertos ya."
Se dice cuando tienes una resaca potente después de una noche larga de fiesta. Vamos, que te levantas con la cabeza como un bombo, el estómago revuelto y cero ganas de existir. En Canarias se oye bastante, y queda fino para quejarte sin decir directamente que estás hecho polvo. Y sí, suele venir con promesa de no beber más.
"Chacho, ayer me vine arriba con los roncolas y hoy estoy de guayabo, no me hables fuerte que me explota la cabeza."