Se dice cuando alguien anda acelerado, hiperactivo o pasado de revoluciones, como si se hubiera metido tres tintos y todavía le faltara otro. No para quieto, habla a mil y se mueve como si tuviera motor. En el Meta se suelta mucho para describir a ese que no se calma ni con música ni con nada.
"Ese man está disparado, parcero. Se tomó un tinto y ahora baila, habla y hasta organiza la fiesta como si fuera el dueño del chuzo."