En Bogotá se usa para decir que alguien está segurísimo de algo, que ya lo da por hecho y casi que se siente ganador antes de tiempo. Es como estar confiado en que la jugada va a salir perfecta, aunque la vida luego haga lo que le dé la gana. Suena muy confiado, y la verdad es que tiene su sabrosura.
"Parce, después de esa entrevista quedé re tranquilo, estoy en la fija de que ese camello ya es mío, vaya uno viendo dónde se gasta la primera quincena."