Se usa para vacilar a alguien que ya pasó los treinta y se comporta como viejito lleno de mañas. Se queja de la espalda, se duerme temprano, reniega del ruido y ya no aguanta las juergas como antes. Es como decirle que está viejo de espíritu aunque todavía no le toque, y la verdad es que da un poco de risa.

"Ay, ese Juan ya está en sus treintaitantos, se queda dormido viendo la novela, lleva su pastillero a todos lados y al día siguiente de una chelita ya anda quejándose de la cintura."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!