Se usa para hablar de alguien que está siempre con hambre, que arrasa con todo lo que pilla en la mesa y no deja ni las migas. La imagen es la de un osito tragón preparándose para el invierno, comiendo sin parar. Es una forma medio cariñosa medio burlesca de decir que eres un pozo sin fondo, y la verdad es que hace gracia.
"Tía, Fonso se comió la fabada, el cachopo, el postre y aún preguntó si quedaba algo de picar, hoy está hecho un osezno de campeonato."