Se dice cuando alguien va tan arreglado, tan pintón o tan elegante que parece listo para plantarse en la Rambla y que todo el mundo se gire a mirarlo. Es como decir que vas hecho un figurín, digno de escaparate o de postal turística. Vamos, que vas tan puesto que hasta los guiris te pedirían una foto.
"Tía, con ese vestido rojo y esos tacones vas para plantarte en la Rambla, montar desfile improvisado y dejar a medio Barcelona con la boca abierta"