Se dice cuando alguien está bien despierto y avispado, con los ojos abiertos a todo. Puede ser porque está pendiente del chisme, porque no se deja meter los dedos a la boca o porque anda rápido para aprovechar cualquier oportunidad. En Bogotá suena muy de calle, como de no dar papaya. Y sí, tiene su gracia.
"Parce, esté pispo con ese man del TransMilenio, que anda ofreciendo “audífonos originales” y después se pierde. Yo ya lo vi y no voy a dar papaya."