Se usa para rajar con cariño de alguien o algo que está bien desarreglado, con una pinta terrible, como un pelícano todo mojado y despelucado. Es una forma creativa y medio cruel de decir que alguien está muy feo o destruido, pero con ese humor caribeño que hace que igual te rías mientras lo sueltas.
"Chamo, viste a Luis saliendo de la playa después del chaparrón, con el pelo pegao y la cara arrugada, estaba feo como un pelícano mojado, parecía extra de película de terror playera"