En Extremadura llamar a alguien guarro no va solo de decirle cerdo, es más bien que es un desastre con patas. Persona que vive entre pelusas, platos sin fregar y camisetas que ya andan solas. Es medio insulto medio colleja cariñosa, aunque como te lo diga tu madre ya sabes que la has liado parda.
"Quillo, recoge tu cuarto ya, que entra mi madre, ve este percal y me llama guarro a mí también por contagio"