Se usa en Apurímac para decir que algo está bravazo, buenazo, con un nivel de fuego que quema y deja a todos hypeados. Puede ser una fiesta, un chisme, un golazo o hasta un programa de la tele local que la rompe. Es como decir que la cosa está tan buena que da gusto haber ido.
"Mano, la fiesta patronal en Abancay estuvo jalfo, hasta el cura se metió a zapatear con la banda y nadie se quería ir aunque ya cantaban los gallos."