Se usa para llamar a alguien “joven” con tonito entre cariñoso y medio burlón, sobre todo cuando se hace el que no sabe o se porta inmaduro. No siempre es insulto, más bien es un jalón de orejas con sonrisa, como diciendo: ya estás grandecito, no te hagas. En el norte pega bien en plática.

"Ándale, jovencillo, no te hagas el inocente. Ayer bien que andabas de experto en la carne asada y hoy dices que ni sabes prender el carbón."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!