Expresión bien misionera de sorpresa, asombro o incredulidad, típica del castellano mezclado con guaraní. Es como decir que algo es increíble, inesperado o que te dejó con la boca abierta, pero con mucho más sabor local. Se usa tanto para cosas buenas como para situaciones que no podés creer. Y hay que admitir que suena tremenda.
"Meta nderé, boludo, el vecino se compró una lancha nueva y ni auto tiene todavía"