Se dice cuando algo se descontrola y pasa de tranqui a intenso en dos segundos. Un plan que pintaba suave y termina vuelto un mierdero, con adrenalina, sorpresas y todo el mundo alborotado. También vale para situaciones que se ponen pesadas o peligrosas de golpe. Es bien de calle y suena a alerta: ojo, esto ya se fue a mil.
"Íbamos a tomar una pola relajados y eso se volvió mina a mili, llegó medio barrio, pusieron reguetón duro y terminamos pidiendo empanadas a las 4."