Se usa cuando algo se descontrola mal, con bardo, ruido, gente por todos lados y cero organización, como esas fiestas de septiembre que arrancan tranqui y terminan en leyenda barrial. Es una forma exagerada y bien santiagueña de decir que todo se fue al carajo, pero con onda festiva y un poco de orgullo.
"Che loco, trajiste la banda, el DJ, los primos del interior y hasta el vecino chusma, ahora hay más quilombo que en la fiesta de la primavera, se armó un quilombo de septiembre en el patio"