Se usa para hablar de alguien que parece todo tranquilo e inofensivo, pero en el fondo viene cargado de mala vibra y segundas intenciones. Es como decir que la persona es un muñeco de vudú disfrazado de pana buena gente, pero por dentro está listo para clavar alfileres emocionales. Y sí, da cosita confiarle cosas.
"Chamo, no le cuentes nada a Alfredo, ese tipo es un muñeco de vudú, se hace el pana y después va y te clava los alfileres con el jefe."