Expresión despectiva y bien salteña para bardear a alguien que no escucha nada, ya sea por sordo, por colgado o por terco. Se usa mucho cuando la persona es un peligro andando, tipo que va en la moto sin casco, en contramano y ni registra el quilombo. Es medio agresiva, pero hay que admitir que tiene su gracia.
"Mirá ese ojota de oreja, va en la moto sin casco, con el escape libre y encima se manda en contramano como si fuera el dueño de la avenida"