Frase muy santiaguina para cuando alguien se suelta heavy en la fiesta y pasa de tímido a alma del carrete. Es como decir que se motivó brígido, se prendió con todo y no paró de bailar ni un segundo. Básicamente, se transformó en el rey o la reina del desorden, y hay que admitir que da risa verlo.
"Estábamos todos piola en el carrete y de la nada el Seba pegó el manso animón, se subió a la mesa, tiró pasos imposibles y hasta hizo bailar al tío fome de la familia"