En Bolivia se usa pega para hablar del trabajo o del empleo de toda la vida, ya sea un curro formal en oficina o algo más informal en la calle. Es como decir chamba o laburo según el país. Suena muy cotidiano y muchas veces se usa también para presumir cuando por fin se consigue algo estable.
"Después de meses sin un mango, por fin me cayó una pega fija en una empresa y ahora hasta me alcanza para invitar las chelas el finde"
En Chile se usa pega para hablar del trabajo, sobre todo de la chamba diaria que hay que hacer sí o sí, aunque estés muerto de sueño o el clima esté horrible. Suena medio cariñoso, medio resignado, como aceptando que hay que ir igual porque de algo hay que vivir. Y hay que admitir que tiene su encanto triste.
"Hermano, está lloviendo a cántaros otra vez en Puerto Montt y yo igual tengo que ir a la pega, si no el jefe se pone más pesado que micro en hora punta."
En Chile no hay tarea aburrida, solo pega que bien puede ser tan entretenida como un capítulo de tu serie favorita... o tan tediosa como ver pasto crecer.
"No puedo salir, estoy hasta el cuello con la pega y tengo que entregar todo para ayer."
En Chile se usa pega para hablar del trabajo, la chamba, la cosa que te da plata pero también te quita sueño. Sirve para cualquier tipo de curro, desde oficina hasta pega en la construcción. Suena más cercano y sufrido que decir trabajo, y hay que admitir que tiene su encanto medio resignado.
"Hermano, no me tientes con el carrete en la playa, mañana tengo pega temprano en el cerro y el jefe anda más pesado que micro en hora punta."
En Chile se usa para hablar del trabajo, la chamba, ese lugar donde uno va a ganarse las lucas y a acumular estrés. Puede ser la oficina, la obra, el local, lo que sea. Suena más cercano y menos serio que decir trabajo, y a veces hasta da risa decirlo aunque la pega esté matando.
"Hermano, estoy tan chato de la pega que si el jefe me pide quedarme horas extra de nuevo, me hago el enfermo y me voy directo a tomarme unas chelas al botillería de la esquina."
En el norte de Chile se usa para hablar del trabajo, la chamba diaria, ya sea en la oficina, en la mina o vendiendo completos en la esquina. Decir que tienes mucha pega es casi un deporte regional, porque siempre hay más por hacer. Y hay que admitir que suena mejor que decir simplemente trabajo.
"Hermano, ando con tanta pega que si me siento un rato en la plaza Colón me quedo dormido antes de que pase el primer micro."
En Atacama se usa pega para hablar del trabajo, la chamba, el curro de todos los días. Es ir a la pega, conseguir pega o que estás sin pega y andas medio urgido. Suena sencillo, pero carga todo el peso de levantarse temprano con el sol pegando fuerte y aun así darle con ganas.
"Hermano, si mañana no te levantas temprano pa' la pega, el jefe te va a dejar más seco que el desierto, y después no te quejís cuando andís sin ni una luca"
En Chile se usa pega para hablar del trabajo, la chamba, el curro de todos los días. Es la forma coloquial de decir empleo, ya sea formal o una changa temporal. Suena mucho más cercana que decir trabajo y se usa en todo tipo de contextos. Y sí, a veces la pega se siente como que te deja pegado a la rutina.
"Hermano, salgo de la pega a las seis, si el jefe no se pone latero, y nos vamos al tiro a tomarnos unas chelas al cerro antes que baje el frío."
En Valpo decir la pega es la forma relajada y bien chilena de hablar del trabajo, ya sea la oficina, la changa o cualquier curro que te dé unas lucas. Suena menos serio que trabajo y más de calle, como que igual hay que sudarla, pero con vista al mar todo duele menos. Y hay que admitir que suena bastante más simpático.
"Hermano, salgo de la pega y nos vamos a tomarnos unas chelas a Bellavista, que el jefe me tuvo todo el día puro webeando con informes."
Forma relajada de referirse a un trabajo o empleo. Cuando alguien anda buscando trabajo, dice que anda buscando pega.
"Hermano, si te enterás de alguna pega buena, me avisás que aquí ando buscando cómo ganarme los frijoles."
En Chile, pega es la forma más común de decir trabajo o empleo. Vale para la oficina, la obra o cualquier pololo laboral, y muchas veces suena a obligación, sobre todo cuando andas sin ganas o estás chato. También se usa para hablar de una tarea puntual. Simple, cotidiana y bien chilena.
"Compadre, hoy ando sin ganas de ir a la pega, estoy chato. Si el jefe me suelta temprano, me voy altiro a ver el partido con los cabros y una chela."