Se dice cuando alguien tiene una potra brutal y le sale todo redondo, como si el destino le estuviera haciendo la ola. La idea es que la jugada le cae perfecta sin currárselo mucho, ya sea en un juego, en el curro o en la vida. Vamos, que hoy le pegó al tablero y ni él se lo cree.
"Pedrito no abrió el cuaderno en todo el trimestre y va el tío, le pegó al tablero y aprobó el examen con lo justo. Encima salió vacilando por el patio."