Se usa cuando alguien se te queda pegado todo el rato, como goma de mascar en la suela, y no hay forma de zafarse. Puede ser ese pana intenso en la rumba, la jevita que no te suelta o el vecino fastidioso. Es medio fastidioso, pero hay que admitir que a veces da risa lo pegajosa que puede ser la gente.
"Chamo, la jeva del pana se me pegó como un chicle toda la noche, hasta cuando fui al baño apareció afuera esperándome."