Verbo medio inventado pero muy sentido para hablar de cuando empezás a encajar en Chubut, a hacerte parte del lugar y de la gente. Es cuando ya no sos turista, sino que te bancás el viento, el frío, el mate amargo y hasta puteás al clima como uno más. La verdad, pertenear lleva su tiempo pero tiene su encanto.
"Al principio venía con camperita liviana y pedía café con leche, ahora ya perteneé posta: salgo con tres buzos, termo bajo el brazo y me quejo del viento como buen chubutense."