En Bolivia se dice cuando estás hasta el cuello de cosas, apurado y sin tiempo ni para respirar. Es como ir con el pie encima del callapo, un sapo, y no poder soltarlo sin armar lío. Vamos, que andas a mil, con pendientes por todos lados y la cabeza en modo caos. Y sí, suena raro, pero pega.
"Hoy ni me escribás, estoy pisando el callapo entre la pega, la U y que mi vieja me mandó a hacer mil vueltas."