Se suelta cuando ves algo tirado de precio y te sale el asombro con emoción, como diciendo: no puede ser tan barato. Es una mezcla de sorpresa y alegría de cazador de ofertas. Muy de calle en Honduras, con ese toque pícaro de jijue. Ideal para rematar una ganga y presumirla un poquito.
"Fui al súper por pan y salí con una licuadora casi regalada. Mirá el precio, ¡qué jijuebarato! Ya solo falta que me la envuelvan con moñito."