En Bolivia se dice cuando quedas reventado, sin fuerzas, como con las piernas tiesas y el cuerpo pidiendo cama ya. Es esa sensación de estar rendido después de una caminata brava, una chamba pesada o una noche larga. No es que te vayas a morir, pero te falta poquito para arrastrarte.
"Subimos el cerro con mi primo y, al llegar arriba, quedé pata de cabra, ni para bajar tenía ganas, solo quería una salteña y dormir."