Se dice para pedirle a alguien que se relaje, que afloje la tensión y deje de comerse la cabeza. Vamos, que baje un par de marchas y no se ponga tan serio con todo. Es muy de soltarlo cuando alguien está rayado, rígido o con mala cara. Y oye, mano de santo.
"Quita las trancas, mujer, que estamos en la feria y tú con la lista de la compra como si fuera un examen. Suelta el bolso y vente a dar una vuelta."